Se cuenta que un día, en uno de los bultos que solía transportar en su bestia de carga, llevaba una imagen que dejo guardada en una de la posadas de aquel tiempo. Al regreso quiso llevarse la pequeña imagen pero las familias del lugar no se la dejaron llevar. Desde ese momento comenzaron a rendir culto. Al pasar de los años. la estatuilla fue deteriorándose, pero un hombre de fe de la aldea Mesones, la restauró y aun permanece intacta en iglesia San Antonio de Padua Pregonero. Se trata de una estatuilla pequeña de unos 30 centímetros de alto, tallada en madera.